2017 está siendo un año importante para Powers Abogados. Este año celebramos un gran hito y es que hace 40 años la titular del despacho, Elizabeth Powers, comenzó su andadura en esta profesión.

40 años son mucho años de experiencias, retos personales y profesionales, ilusiones, aprendizaje, emprendimientos, éxitos…en definitiva, toda una vida que merece un reconocimiento a una dedicada y fructífera labor profesional que constituye el alma de nuestra organización y nuestra forma de entender y ejercer el Derecho.
Conozcamos un poco más de cerca a Elizabeth Powers:
Elizabeth, cuéntanos cómo una joven estadounidense de 21 años acaba estudiando derecho en la Complutense de Madrid en turno de noche, trabajando a tiempo completo como secretaria ejecutiva bilingüe y con tu primera hija Adelina, recién nacida.
Respuesta: Ya contaba con un título universitario en Español de Trinity College, Washington D.C. (B.A. ´69), de cuatro años en humanidades con especialización en cultura y literatura española e hispánica. Fue entonces cuando vine por primera vez a España, a estudiar uno de los cursos académicos de mi título universitario, y aunque suene algo tópico, me enamoré del país, su cultura, su gastronomía y como no, de un español, el que sería mi primer marido, Luis del Alamo Enríquez, y un gran jurista, por cierto.
Cuando me instalé en España comprobé que tenía pocas salidas profesionales con mis estudios americanos. Tuve fácil elegir mi orientación profesional proviniendo el entorno de mi familia política del mundo del derecho, y con su apoyo incondicional, en especial de mi suegra y con mucho esfuerzo personal, conseguí mi objetivo de licenciarme en Derecho cinco años después, justo antes de nacer mi segunda hija y hoy compañera de profesión y despacho, Isabel del Alamo. ¡Recuerdo esta época como un rompecabezas familiar y personal con el que estoy segura que se podrán identificar muchos lectores! Hoy puedo decir que mereció la pena con creces.
Comenzaste tu vida profesional en la firma estadounidense Baker & McKenzie donde ejerciste durante 17 años de tu carrera en su oficina de Madrid, llegando a ser socio local ¿Cómo fue tu experiencia profesional en Baker & McKenzie?
Respuesta: Mi paso por Baker & McKenzie ha sido una experiencia fundamental en mi vida profesional y personal. Debo a la firma todo: conocimientos, amistades, técnicas profesionales, clientes de toda la vida… Aún hoy día guardo amistades y recuerdos inolvidables de mis años en Baker and McKenzie e incluso fructíferas relaciones profesionales que hoy por hoy perduran.
En 1995 decidiste comenzar tu propio proyecto profesional fundando Powers Abogados. Un pequeño despacho de cinco abogados con vocación internacional. ¿Qué supuso este punto de inflexión en tu carrera profesional y en tu ámbito personal?
Respuesta: Crear un proyecto propio es siempre una ilusión y una satisfacción personal y profesional. Se trataba de la misma práctica de derecho internacional en la que me había formado durante 17 años, pero con un claro objetivo de ofrecer a mis clientes los valores añadidos de un trato muy personal y cercano y a la vez más asequible, ventajas ambas que puede ofrecer un despacho pequeño. A nivel de organización, conseguí facilitar al equipo de abogados un sistema bastante innovador de conciliación familiar, manteniendo la calidad y especialización en el asesoramiento legal a nuestros clientes, lo que no es fácil de conseguir en esta profesión.
¿Cuál ha sido tu mayor reto durante todos estos años de profesión?
Respuesta: Mantenernos actualizados en los constantes cambios legislativos que afectan a los asuntos de nuestros clientes y la gran capacidad resolutiva que exige nuestra profesión son sin duda los mayores retos.
Otro reto y logro importante es crear y conservar relaciones profesionales duraderas con nuestros clientes, basadas en la confianza y profesionalidad que ofrecemos, con la gran satisfacción de que llegan a ser clientes “de toda la vida” y que saben que sus proyectos y problemas son los nuestros.
¿Cuál es tu experiencia o mayor aprendizaje sobre la relación cliente-abogado?
Respuesta: sin duda, la importancia de que cada cliente sea partícipe activo en la resolución de su asunto legal y esté al tanto de la evolución del mismo de forma continuada. Esta actitud cuidada del abogado hacia el cliente, de acompañamiento, que en definitiva nos traen asuntos personales importantes para ellos, podría decir que es más del 50% del trabajo que realiza un buen abogado, además de la pericia profesional que tiene que poner en práctica para cada caso.
¿Cuál es tu experiencia o mayor aprendizaje en la relación entre compañeros de profesión?
Respuesta: Que el trabajo en equipo es sin duda la mejor forma de trabajar y siempre aporta un valor añadido al resultado final que se ofrece al cliente, además de la satisfacción que supone compartir los logros profesionales y, ciertamente las dificultades que también trae esta profesión.
¿Alguna anécdota profesional que quieras compartir?
Respuesta: Hay muchísimas, pero una que sería insólita hoy en día por la liberalización de las inversiones extranjeras y el avance en las tecnologías, es que conseguimos la primera inscripción en el Ministerio de Industria allá por los años 80, con aprobación del pago de cánones altísimos e insólitos en España, de un contrato de licencia de uso de software informático, o como tenemos tan asimilado hoy día, sencillamente una aplicación informática, de un cliente norteamericano a un distribuidor español. En esos años la legislación y burocracia del momento no estaban adaptadas a la realidad de este tipo de contratos internacionales que hoy en día son habituales.
¿Cuáles son los retos a los que se enfrentan las nuevas generaciones de abogados?
Respuesta: Actualizarse constantemente y adaptarse a los continuos cambios que imponen las nuevas tecnologías y el mundo globalizado en el que vivimos, son claves en el ejercicio del futuro y, en realidad, del presente de esta profesión.